"Aunque asuste la idea de perderte, es más grande la vergüenza de no dejarte volar"
viernes, 30 de noviembre de 2012
jueves, 22 de noviembre de 2012
Y todo quedará en la idealización de
lo que pudo y no fue.
Sólo
espero que llegues seguro a casa, que la ciudad, ni la rutina consiga
consumirte.
Por eso hoy te pido, suplico, precaución, que te cuides por el hijo que no tendremos, no te enamores en vano. No te enamores, que para sufrir por los dos ya estoy yo. Te he soñado en abundancia sin cerrar los ojos, que ya ni distingo.
Ahora viajo bastante, tengo nuevo trabajo, cosa que se que odiarías. He descubierto a nuevos grupos que me agradaría haber compartido contigo, y he conocido personas extraordinarias que me hubiese gustado presentarte.
Lucho contra mí misma, por seguir manteniéndome estable, pero doy la vuelta, caigo, y me doy cuenta que no estás.
Por eso hoy te pido, suplico, precaución, que te cuides por el hijo que no tendremos, no te enamores en vano. No te enamores, que para sufrir por los dos ya estoy yo. Te he soñado en abundancia sin cerrar los ojos, que ya ni distingo.
Ahora viajo bastante, tengo nuevo trabajo, cosa que se que odiarías. He descubierto a nuevos grupos que me agradaría haber compartido contigo, y he conocido personas extraordinarias que me hubiese gustado presentarte.
Lucho contra mí misma, por seguir manteniéndome estable, pero doy la vuelta, caigo, y me doy cuenta que no estás.
Tengo
las manos llenas de escritos que no puedo entregarte, y el cielo lleno de
resplandores que quiero comprender.
Estoy
llena de lágrimas, lágrimas que tú nunca con pretensión insertaste ahí,
pero de vez en cuando me despiertan en
la madrugada, tu recuerdo no para de golpear mi puerta.
Mi
rincón favorito de la casa eres tú. Y es normal que pocos entiendan mi posición,
cuando pocos pueden probar tus comisuras.
Recuérdame,
hazme creer que soy única, que mañana me estarás esperando en aquel mismo sitio.
No,
como comprenderás
no he olvidado lo nuestro, y menos aún lo he logrado superar del todo.
Fuimos
la comprobación de que existe el amor, de la condena que el conlleva, y de la
felicidad que intenta fundirse. Un día
amé, amé hasta arder. Amé hasta sustituir cada enigma por farolas.
Claridad
es lo que me dabas tú, eras mi tren, yo tan sólo una pasajera.
Debo
decir no obstante, que salvo este impulso de sinceridad y nostalgia, me vivo,
aprendo a vivirme.
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