Seguidores

Mi foto
Cielo parcialmente nublado; afuera no sé.

martes, 16 de julio de 2013



De mis nueves meses de abismo solo recuerdo lo mucho que te eché por ese tiempo de menos. No sólo tuve vedado tocarte, verte… sino que mi cabeza se ofrecía en bandeja de plata si tanteaba la posibilidad de pensarte… Pero yo te pensaba, a menudo sin querer y por razones taxativas al subconsciente; y te soñaba en situaciones… En situaciones extrañas, llamémoslo así. Y bueno, al final resultó que cuando esos nueve meses llegaron a su fin tú estuviste ahí, quizá casualidad, quizá porque te salía de dentro estar o mitad y mitad; lo cierto es que pienso que no podía ser de otra manera… Tú tenías que abrirme los ojos y hacerme contar los números más rápido…Y así fue como volviste a ser el pilar más importante; el abrazo, el amigo, las ganas, la risa… 
¿Y que puedo decir ahora?
Cuando abro los ojos soy tu títere. Me tienes cogida por tus hilos. Me desequilibras, me desangras, me hieres, me castigas, me destrozas, me fallas, me quiebras, me cortas y me disgregas. La inseguridad supera hoy cada miedo, pero me apetece saltar aún. Como si fuera tu kamikaze. Lo mismo si salto me recompongo y deja de dolerme que no confíes en mí. O a lo mejor es que tú también tienes miedo. Más que yo incluso. Él también desconfiaba y tenía miedo y hacía de mí mitades y puzzles enteros, y nunca saltaba.

 






Podías haber avisado. Habría tenido algodón y alcohol 96 a mano… O algún ibuprofeno por si acaso tus quebraderos de cabeza solo fueran un método cruel para hacerme sentir más humana. Y si me exiges y me apuras, también música de jazz para hacer el momento menos traumático, más sutil. Y confeti, fuegos artificiales y luces de fiesta para hacer de todo éste extraño cúmulo de causas pérdidas, no un drama sino una feria. Quién sabe si un circo. O un espectáculo...
... de marionetas. 







¿Por qué sabes otra cosa? Él un día al fin se atrevió a saltar.
¿Y sabes qué fue lo peor...?
Ése salto nunca fue conmigo.